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Sacerdotes y pastores, con y sin celibato Aceprensa (Nov 08, 2012) Opinión |
Siempre que desde los países germánicos llega un catálogo de propuestas para reformar la Iglesia, la supresión del celibato sacerdotal figura en los primeros puestos. Para suavizar el cambio, se suele proponer que sea “opcional”, pero esto es lo mismo que suprimirlo, pues el celibato es opcional para todos los fieles, con lo cual el sacerdote quedaría en la misma situación que el laico. El motivo aducido es que el celibato es un obstáculo casi insalvable para las vocaciones sacerdotales en el mundo de hoy. ¿Cómo se obstina la Iglesia en mantener una ley eclesiástica que impide que los fieles cuenten con suficientes pastores? ¿No podrían dar los sacerdotes casados un estupendo ejemplo de padres de familia?
Uno puede pensar que quienes hacen esta propuesta miran con envidia la situación de las iglesias protestantes, que no tienen este problema. Un pastor no debe renunciar a una mujer y a unos hijos para desempeñar su ministerio. Sin necesidad de vivir el celibato y con un puesto bien remunerado gracias a la financiación a través del impuesto eclesiástico, no deberían faltar candidatos. Sin embargo, las cifras indican que la escasez de pastores en Alemania no es menor que la de sacerdotes católicos.
Según la web protestante suiza Protesinfo.ch, al final de esta década debería haber en el Palatinado 400 puestos de pastor (ahora son 470), pero según las previsiones de relevo solo habrá unos 320 teólogos y teólogas para ocupar esos puestos (parece que el sacerdocio femenino tampoco es la panacea). En las regiones rurales del land de Baviera, ya actualmente están vacantes entre el 20% y el 30% de los puestos de pastores. El relevo falta también en Hesse-Nassau, donde, aun con una fuerte supresión de puestos, no habrá suficientes teólogos para ocupar las vacantes.
No se trata de consolarse con que los otros también están mal. Pero sí de advertir que el problema de la falta de clérigos no está en el celibato, sino en el clima espiritual donde deben surgir las vocaciones. Mientras en la acomodada Europa las vocaciones sacerdotales escasean en muchos sitios, crece el número de sacerdotes y de seminaristas en los ambientes católicos de Asia, África y Latinoamérica.
Si el celibato es el problema, habría que preguntarse si los nigerianos están hechos de distinta pasta que los alemanes, y si los vietnamitas no tienen las mismas inclinaciones que los austríacos.
Mientras se resuelve el misterio, la situación de los pastores protestantes alemanes puede al menos evitarnos algunos espejismos. También el de pensar que un clero casado asegura un ejemplo de vida familiar en la Iglesia. El actual presidente de Alemania, Joachim Gauck, ejerció durante muchos años como pastor evangélico, casado con Hansi, madre de sus cuatro hijos. Pero en 1991 se separó de su mujer –aunque no se ha divorciado– y desde entonces vive al margen del matrimonio con la periodista Daniela Schadt, veinte años más joven, que hoy le acompaña en su vida privada y pública. Contar con un clero casado es también un primer paso para tener clérigos separados. |
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