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Cristianos, judíos y musulmanes andalusíes Mª Pilar Zaldívar (Apr 17, 2008) Conocer el Islam |
Llegados a este punto de la historia de al-Andalus, conviene que nos paremos a reflexionar sobre la sociedad andalusí en general. No debemos olvidar que calificamos con el adjetivo “andalusí” a una población muy heterogénea que incluye a todas las personas que vivieron en al-Andalus independientemente de sus creencias y de su origen. No obstante, creo que es interesante repasar las religiones y las distintas procedencias que convivían en estas tierras.
En cuanto a sus creencias podemos clasificar a los andalusíes en:
1.- Musulmanes
2.- Cristianos
3.- Judíos
Entre los primeros habrá que diferenciar dos grupos:
a) Los musulmanes descendientes de padres musulmanes, que en su mayoría son extranjeros y que son los introductores del islam en al-Andalus. Eran los que gozaban de mayor prestigio social.
b) Los nuevos conversos, que son población autóctona y que serán llamados muladíes.
Los cristianos y judíos, para los musulmanes, son “dimmíes”, es decir, “ahl al-kitab”, o sea, “gente del libro”. Como se explicó en el primero de estos artículos, los musulmanes consideran que judíos y cristianos recibieron en su día la auténtica revelación de Dios, aunque luego quedó desvirtuada y fue necesaria la llegada del islam para restituir el mensaje de Dios entre los hombres.
Esta especial consideración conlleva que a los “dimníes” se les permita practicar su religión siempre que reconozcan la autoridad política del poder musulmán y paguen un impuesto. La existencia de ese impuesto hace legítimo dudar de la sinceridad de algunas conversiones, ya que la economía puede ser un argumento muy poderoso para disuadir a muchas personas. Por otro lado, hay que pensar que quienes cobraban ese tributo eran las autoridades musulmanas, por lo que no les interesaban las conversiones y no se puede pensar que las alentaran.
Los cristianos que mantuvieron su credo a pesar de la ocupación musulmana recibieron el nombre de mozárabes.
A pesar de las diferencias religiosas, todos eran andalusíes y todos (judíos, cristianos y musulmanes) hablaban en árabe. No obstante es cierto que el hebreo y el latín se mantuvieron como lenguas de culto, aunque con ímprobos esfuerzos por parte de los clérigos de quienes se conserva algún testimonio lamentándose de que los jóvenes cristianos ya no conocían la lengua de su fe.
También existen grupos de población diferenciados en cuanto a su origen, pero me ocuparé de ellos en el próximo artículo.
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